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AVELINO SORDO VILCHIS

Observar las encáusticas de Paola implica ser testigo de cómo el azul se abre paso para —unas veces más, otras menos— prevalecer diseminando su impronta en la superficie del cuadro. Es como si atestiguaramos un milenario proceso geológico, donde las capas más profundas de la tierra buscan conquistar la superficie, abriéndose paso con la fuerza del fuego. (La palabra «encáustica», deriva del griego enkaustikos, que significa «grabar con fuego».)

El arte, por lo menos el que busca serlo en serio, requiere de un proceso de elaboración al que podemos llamar aquí «cocina»: sin el dominio de la técnica, el arte es inalcanzable. La pintura es, entonces, el resultado visible de un apasionado y apasionante proceso lleno de dificultades, accidentes y hallazgos.

A primera vista, las encáusticas que presenta Paola, difícilmente pueden asociarse a ningún tipo de violencia. Sin embargo, a la luz de su proceso de elaboración —de su «cocina»— en el que prevalece el uso del calor, del fuego; de la plancha y aún del soplete, es claro que en ellas subyace algún tipo de violencia, además de la que alude el azul que lleva el nombre de aquella región —antecedente espartano de la actual Alemania— que ganó celebridad por su entrega a la disciplina de la guerra. (Además, no acabo de entender porqué en inglés la palabra «blue» —traducción de nuestro «azul»— también signifique «tristeza».)

Las encáusticas de Paola, aunque son producto de un proceso violento y muestran una marcada predominancia de azul, no representan violencia ni reflejan tristeza: más bien son un agradecible homenaje a la importancia de la «cocina» en el arte y una manifestación de la alegría del azul. Además son un indispensable recordatorio de que en el arte los otros motivos se subordinan a los estéticos, cuya naturaleza redica en el color, el plano, la textura, la línea, la materia y otros tantos factores que adquieren vida gracias a la magia del artista. 

En alguna ocasión Paola, a manera de confesión, me dijo que era mala cocinera. Ahora veo que me mintió.

Guadalajara, México, 28.07.14